Hablemos de las cosas que importan

Dejemos de hablar de dinero, bienes materiales y nuestras posesiones sin sentido. Vamos a dejar de hablar de las fiestas a las que fuimos durante el fin de semana y lo completamente desperdiciados que todos nos sentimos. Dejemos de medicarnos con drogas, alcohol, comida y televisión. Dejemos de hacer pequeñas charlas sobre el tiempo y lo maravilloso que es que no llueva. Dejemos de escuchar canciones tristes solos en nuestras habitaciones y perdiéndonos en nuestras persistentes narrativas negativas. 
Dejemos de retirarnos cuando las cosas nos asustan porque no queremos correr el riesgo de ser vulnerables. Dejemos de sabotear el potencial de una vida mejor y relaciones saludables. Vamos a dejar de sentir lástima por nosotros mismos, y poner cada onza de nuestra energía en el pasado que se ha ido. Dejemos de odiarnos a nosotros mismos y ser demasiado críticos de cada error que cometemos. Dejemos de sentir que no somos lo suficientemente buenos para la felicidad.
IMAGEN: MAGIC4WALLS
Quiero hablar sobre la verdad: mi verdad, tu verdad y la verdad genuina de todas nuestras vidas. Quiero hablar sobre el amor. No el amor romántico, sino el amor que tengo por la familia, los amigos y este mundo que continúa regándome con compasión y perdón. Quiero hablar de autenticidad y de cómo anhelo estar presente en todo lo que hago. Quiero estirarme fuera de mi zona de confort y encontrar lo que se esconde en el otro lado. Quiero hablar de mis esperanzas y sueños y mis planes de cómo quiero cambiar el mundo. Quiero hablar de tus esperanzas y sueños y planes de cómo quieres cambiar el mundo. Quiero nutrir tu alma con amor y empatía, y quiero lo mismo a cambio. Quiero hablar de los secretos que llevo guardados en las grietas profundas de mi corazón por temor a ser mal visto o mal entendido.


Quiero hablar de mi niñez, y más que nada quiero escuchar sobre tu infancia. Quiero hablar de arrepentimiento y vergüenza y esos momentos vergonzosos de los que todos prometemos no hablar jamás. Quiero hablar del trauma. No sólo mi trauma, sino también el trauma que está cosido en las mismas fibras de nuestra cultura que rasga en las vidas de cada uno que vive en ella. Quiero conocer a mis amigos, y no sólo cual es su bebida favorita o su color favorito. Quiero saber qué los hace llorar cuando se encuentran en la desesperación y quiero saber lo que los hace felices. Quiero hablar sobre las estrellas y cómo podemos llegar allí. Quiero hablar sobre la pérdida y quiero que lloremos juntos. Quiero arrancar esta cortina de humo superficial que nos impide vivir la vida. Más que nada me muero por lanzar todas mis cartas sobre la mesa y ver qué pasa.

¿Qué pasa si dejamos de hablar de las cosas que no importan y en cambio nos centramos en las cosas que si importan? ¿Qué pasa si nos despertamos todos los días con la esperanza de mejorarnos y hacer cambios? Tal vez podríamos cambiar el mundo si sólo tomamos una decisión concertada para intentarlo. ¿Cómo sabremos si no lo intentamos? No lo sé, pero quiero desesperadamente intentarlo. Quiero más que esto de la vida.


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