Nueve meses se pueden pasar volando, pero durante este
período son muchas cosas las que podrían causarnos estrés. Vivir dentro de un
hogar donde abunden los problemas familiares no solo nos puede causar estrés,
también pude dejar secuelas en el embarazo.
No siempre las peleas o discusiones familiares pasan sin
dejar huella, en el caso del embarazo esta situación podría ser perjudicial;
por eso en conveniente mantenernos alejados de problemas constantes. Evitar los
disgustos o altibajos emocionales durante el embarazo podría ser de mucho
beneficio para el bebé y para la madre.
Muchas veces los disgustos se pueden evitar, pero a veces
los problemas nos superan sin importar si estamos o no embarazadas; aunque se
recomienda alejarnos de todas aquellas cosas que podrían afectar nuestro
embarazo, no siempre es posible. En ocasiones la situación económica o los
desacuerdos de pareja son constantes, pero esto es algo que podría afectarnos
más de lo que creemos; si estamos esperando un bebé, es recomendable mantener
el equilibrio emocional en lo posible.
¿Cómo perjudican al embarazo los problemas familiares?
El momento en que nos sentimos agobiados por los
problemas familiares puede ser riesgoso para nuestra salud de acuerdo a los
antecedentes que tengamos; sin embargo, a veces no pasa de un mero disgusto que
no nos afecta gravemente. En el caso de las embarazadas podría haber
consecuencias más allá del momento, pues la salud y estabilidad del bebé está
condicionada al bienestar de la madre.
Las situaciones de estrés pueden provocar daños a las
personas en todos los sentidos, en el caso de las embarazadas cualquier
alteración por discusiones o constantes disgustos provocan serias alteraciones
hormonales. Cualquier desequilibrio hormonal puede afectar al feto en su
sistema físico y mental. Las afecciones pueden manifestarse de diferentes
maneras; por ejemplo, podrían provocar un parto prematuro o dejar secuelas
visibles después del nacimiento y en su vida futura.
Entre las principales consecuencias de vivir problemas
familiares durante el embarazo tenemos.
Tanto el nivel
hormonal como los nervios de la embarazada podrían provocar el adelantamiento
del parto debido a un incremento en la presión arterial que a su vez ocasiona
problemas de desarrollo al bebé. Por lo general esta situación causa
alteraciones en la placenta, razón por la cual el riesgo sobre el feto se eleva
y por lo tanto es inducido el parto prematuro.
Cuando las
peleas son constantes y las situaciones de estrés familiar se presentan a lo
largo del embarazo, el bebé comienza a ser afectado también de manera
constante, lo que podría provocar que el desarrollo del feto se haga más lento,
pues es una condición relacionada con los problemas de depresión en la madre,
un posible efecto de los problemas frecuentes
Un bebé que
durante el proceso de gestación sufrió el estado depresivo, de estrés o
problemas familiares de la madre, es posible que nazca con bajo peso; esto como
producto de las alteraciones hormonales que trae como consecuencia las
dificultades emocionales durante el embarazo.
El desarrollo
cerebral del bebé también puede verse afectado por los cambios brucos en las
emociones de la embarazada, tanto episodios de estrés como problemas constantes
desequilibran las hormonas.
Algunas veces
los problemas de comportamiento del niño fueron provocados durante la
gestación, la conducta puede ser afectada por los altibajos emocionales de la
futura madre, algo que se puede observar en los primeros dos años de vida del
pequeño.
En caso de
estrés muy elevado y problemas emocionales crónicos, la madre podría sufrir
incluso un aborto. La muerte fetal es una de las consecuencias más graves de
llevar un embarazo donde los problemas sean frecuentes
La obesidad en
el niño es una secuela a futuro, está también relacionada con los
desequilibrios hormonales en el embarazo cuando existen disgustos y altos
niveles de estrés. Como sabemos, la obesidad infantil muchas veces podría ser
desencadenante de la obesidad en la adultez u otros trastornos alimenticios
Debido al lento
desarrollo prenatal, los niños podrían presentar casos de asma y otras
afecciones pulmonares. Se estima que al menos un 13% de bebés cuyas madres
tuvieron embarazos con altos niveles de estrés, presentan asma al nacer y
durante su infancia.
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