A veces en la vida las lecciones
más importantes provienen de quienes menos esperamos. Solo es necesario
mantenerse atentos y abiertos a la experiencia. De hecho, nadie es lo
suficientemente pobre que no tenga algo que dar ni lo suficientemente rico que
no tenga algo que recibir.
En este sentido, los
jugadores de póker pueden convertirse en una fuente de inspiración insospechada
para nuestro desarrollo personal ya que muchas de las estrategias que usan en
la mesa de juego también se pueden aplicar a la vida cotidiana. De hecho,
psicología y póker siempre han ido de la mano.
El éxito es cuestión
de equilibrio
Investigadores de la
Universidad de Cornell se dieron a la tarea de recopilar y analizar los datos
de 27 millones de manos de póker. Descubrieron que a medida que los jugadores
subían las apuestas solían desarrollar un estilo de juego más agresivo. Sin
embargo, también apreciaron un patrón: los jugadores que más ganaban eran
aquellos que sabían mantener un equilibrio entre la pasividad y la agresividad.
Ni los jugadores demasiado agresivos ni aquellos que adoptaban un estilo pasivo
lograban ganar grandes sumas.
Esto nos demuestra que la
clave en el juego, al igual que en la vida, radica en el equilibrio. De hecho,
varias investigaciones han revelado que tanto el estilo de afrontamiento pasivo
como el agresivo están relacionados con el desarrollo de diferentes patologías.
La hostilidad, por ejemplo, se ha vinculado con un riesgo mayor de sufrir ictus
e infartos mientras que la pasividad se ha relacionado con la aparición de
enfermedades como la úlcera péptica y los problemas dermatológicos.
Por consiguiente, debemos
aprender que hay ocasiones en las que debemos mantenernos firmes y defender
nuestros derechos y otras en las que lo más sabio es ignorar y pasar página. La
clave de nuestro bienestar dependerá, en gran medida, de ese balance.
Hay que elegir qué
batallas luchar
Los buenos jugadores de
póker saben cuándo vale la pena subir la apuesta y llegar hasta el final en una
mano y cuándo es momento de abandonar. Para tomar esta decisión no solo
recurren a la lógica sino también a su intuición y experiencia.
En la vida también es
fundamental saber cuándo es necesario ser perseverantes y cuándo ha llegado el
punto en el que es más inteligente abandonar la partida ya que, de lo
contrario, perderemos demasiado. De hecho, a menudo en nuestro día a día nos
vemos inmersos en pequeñas batallas cotidianas de las que no sacamos ningún
provecho sino que nos dejan exhaustos. Al contrario, cuando elegimos sabiamente
las batallas que queremos luchar centramos nuestros recursos y alcanzamos
mejores resultados con un menor esfuerzo.
También es importante no
caer en el error de seguir apostando por algo solo porque hemos invertido
tiempo y esfuerzo en ello, haciendo caso omiso de las señales que nos indican
que vamos por mal camino. No hay que desistir demasiado pronto ni aferrarse
durante demasiado tiempo.
Si te olvidas de las
personas no llegarás muy lejos
Hay quienes piensan que el
póker se reduce a las probabilidades. Están equivocados. En el póker el jugador
se enfrenta a otras personas y si lo olvida estará perdido. A diferencia del
blackjack, en el póker se pueden perder o ganar fortunas debido al elemento
humano. Un jugador experto, aunque tenga buenas cartas y las probabilidades a
su favor, no puede ignorar a sus contrincantes. De hecho, si actúa con
demasiada confianza y los demás lo notan, abandonarán la partida rápidamente.
Phil Hellmuth no pudo resumirlo mejor: “Hay quienes piensan que el póker es un
juego de cartas, pero en realidad es un juego de personas que se juega con
cartas”.
En este sentido, un estudio
realizado en la Universidad de Harvard reveló que los jugadores de póker son
capaces de captar rápidamente las expresiones faciales de sus oponentes y usar
esa información para tomar sus decisiones. De hecho, esa información se procesa
en apenas 10 milisegundos, con la ayuda de la amígdala, una región del cerebro
vinculada con las emociones y la toma de decisiones rápidas.
En la vida, al igual que en
el póker, nuestra capacidad para conectar con las personas es esencial. De
hecho, es uno de los pilares de la Inteligencia Emocional y del éxito. Por eso,
es importante que no descuides a las personas que están a tu lado, que
alimentes esas relaciones y que desarrolles tu fibra más sensible. Una actitud
demasiado egocéntrica no te llevará muy lejos.
Para ganar, hay que
saber perder
En el póker unas veces se
gana y otras se pierde. Un buen jugador lo sabe y desarrolla una gran
tolerancia a la frustración, aprende a lidiar con el fracaso porque comprende
que cada mano que pierde es una oportunidad para aprender. Se pregunta: ¿dónde
fallé? ¿Cómo podría haberlo hecho mejor? Los jugadores son conscientes de que
solo pueden aprender jugando. De hecho, el jugador Mike Sexton afirmó: “En
aprender cómo se juega al póker se tarda un minuto, en controlar los aspectos
del juego, toda una vida”.
Desarrollar esa tolerancia a
la frustración y aprender a lidiar con el fracaso también es fundamental en la
vida. De hecho, si pasamos demasiado tiempo centrados en el problema, no
tendremos tiempo para buscar la solución. Al contrario, si asumimos los errores
como oportunidades de aprendizaje, no solo podremos crecer sino también vivir
con menos estrés.
No lo tomes como
algo personal
Científicos finlandeses les
pidieron a diferentes jugadores de póker online que calcularan sus
probabilidades de ganar en diferentes escenarios y que tomaran sus respectivas
decisiones de juego. Los investigadores apreciaron que los jugadores más
experimentados obtenían mejores resultados. ¿Por qué?
Simplemente porque habían
desarrollado un pensamiento más rápido que les permitía tomar mejores
decisiones, mientras que los jugadores inexpertos se consumían en la rumiación.
En práctica, los jugadores noveles pensaban continuamente en todo lo que podía
salir mal y en sus consecuencias mientras que los jugadores experimentados
asumían una distancia emocional que les permitía tomar mejores decisiones.
William J. Florence resumió esta forma de pensar y actuar: “El punto
clave en el póker es nunca perder la cabeza. Si la pierdes, seguro que perderás
todas tus fichas”.
En la vida también es
importante aprender a asumir una distancia emocional de los problemas ya que
así podremos tomar mejores decisiones y, sobre todo, actuar con mayor rapidez,
antes de que sea demasiado tarde. De hecho, esa distancia que adoptan los
jugadores de póker es una lección muy antigua que sienta sus raíces en el
taoísmo: el desapego.
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